El caminante

Nombre: Firwyn Brisaoscura
Edad: 10800 años.
Altura: 1,95 metros.
Peso: Entre muy poco y poco, está desnutrido el pobre.
Color de piel: Oscura.
Lugar de nacimiento: Monte Hyjal.
Lugar de residencia: Azeroth.

Apariencia: A simple vista resulta algo delgado. Su cuerpo tiene tres cicatrices de batalla y su rostro expresa neutralidad e impasibilidad.
No va armado, lo más peligroso que posée es un bastón para caminar. Su mediana-alta edad comienza a hacer mella en él y
eso se observa rapidamente. Su pelo está desaliñado y descuidado, huele como el césped recién abonado en una soleada tarde
de verano cuando los aspersores no cesan de humedecerlo; vamos, muy mal. Su ropa es una falda típica de los Kal'dorei.

Trasfondo: Es un veterano de la guerra de Hyjal, pero tal guerra le produjo muchas cicatrices, la mayoría de ellas interiores. Tras el trágico suceso (desafortunado y victorioso) del árbol del mundo, Teldrassil, Firwyn sintió como una estaca afilada se hospedara en su mente con una pregunta grabada en ella: ¿Y ahora qué? Firwyn abandonó a Thaydibel, su compañera de batalla, para realizar un viaje doble: un tour por todo azeroth y un tour hacia su interior. Trató de meditar sobre sí mismo: Quién era ahora, que había perdido parte de su espíritu y a dónde irá a parar. Ha perdido su hogar, su inmortalidad y además, sus armas y armaduras pues decidió dejarlas de lado y tomar un camino pacífico, profundo y personal.

Su camino le llevó a Rasganorte, pero no tomó parte del conflicto. Se limitó a observar y a meditar. Ni una gota más de sangre tocará sus manos... o eso creía él, porque se encontró de nuevo con Thaydibel por fortuna o desgracia (según cómo se mire). Esta, tras insistirle mucho, le indujo a tomar contacto con la Hoja de Ámbar. Contacto que aún debe ser realizado.

Firwyn ha perdido el rumbo, Thaydibel trata de re-encarrilarle, pero este viejoenproceso Kal'dorei no está seguro si quiere tomar parte en algún objetivo más. Se ha vuelto testarudo y la naturaleza le ha forzado a tomar las riendas de lo salvaje. No tiene ni idea de a dónde le conducirá este nuevo camino que se presenta ante él.

Objetivos: Ninguno en absoluto. Ha accedido a la fuerza a ojear a la Hoja de Ámbar, veamos qué sucede a partir de este momento.